A través del presente quiero agradecer de antemano por contar con este espacio donde poder expresar nuestra opinión, en este caso el sentir de una maestra pronta a jubilarse y, que no quiere dejar pasar el momento y saludar públicamente a quienes muchas veces ni siquiera se recuerda, a pesar que, gracias a ellas o ellos hoy, sabemos leer, escribir y, si no es mucho decir tenemos la semblanza o elegimos nuestra profesión, por la formación recibida de las maestras y maestros jubiladas (os), quienes hoy se encuentran descansando en sus hogares.
Respecto a este saludo y homenaje debo decir que, personalmente pienso que los reconocimientos deben ser en vida; es por ello que hoy quiero hacerlo.
Brindo un cariñoso saludo y un abrazo fraterno para todos los docentes que conocí en mi trayectoria de vida, a quienes tengo muy presentes en imágenes pero no así en sus nombres.
El saludo es para todos y todas, quienes el pasado 16 de octubre celebraron su día, en especial a los supervisores educacionales que trabajaron en la Direcprov de la calle Baquedano, fueron verdaderos maestros y maestras que guiaron nuestra profesión docente.
Por tenerla en mi presente al verla diariamente, nombro como representante de esta generación a la gran la profesora Elena Cejas. Ella es quién representa a los supervisores educacionales de aquel entonces, quiénes eran verdaderos maestros y maestras que guiaban nuestra profesión docente.
Medida de seguridad
Hoy que está de moda asaltar grandes tiendas y mall y en segundos robar joyas o relojes de gran valor, estimo que una medida preventiva y muy útil sería modificar el sentido de las grandes puertas.
Hoy para acceder uno debe abrirlas hacia afuera y que ya es un obstáculo, para egresar las puertas se abren fácilmente y ello permite una huida expedita de los delincuentes.
Si para salir fuera en la forma como se ingresa hoy creo esos segundos o minutos posibilitaría una mejor reacción.
Celinda Baltazar Vilca,
profesora.
Alberto Contreras Silva.
