Es la segunda vez que la Universidad Arturo Prat, a través del Instituto de Estudios Andinos Isluga, celebra, gracias al proyecto FIC que financia el Gobierno Regional de Tarapacá, el Día del Patrimonio. Pero lo realiza fiel a su concepción del patrimonio, en un barrio popular, en este caso en la plaza Arica.
Estamos convencidos que el patrimonio no es propiedad de una elite que monopoliza lo que es el buen gusto, o algo parecido. Los barrios populares de Iquique han sabido producir sus obras patrimoniales. Desde los bailes religiosos, sus clubes deportivos, pasando por la música y sus festividades como el carnaval, hasta sus oficios y apodos de sus personajes.
Esta vez, una feria patrimonial que dio cuenta de la historia de lo que alguna vez fue la plaza Gibraltar, cuyas primeras mejoras le correspondió realizar al alcalde Advis. El año 1943 los rotarios la remozan y el año 2015, vuelven y la pintan.
Celebramos también allí el Día del Libro, y notamos que los barrios están ansiosos por recuperar el espacio público. Llenarlo de fiesta, de música, de colores y de historia. Un espacio educativo en la que los viejos convivan con los niños. Una exposición de fotografías reconstruyó la vieja capilla y la sede social de La Cruz destruida en los años 80.
En un inmenso lienzo blanco los vecinos escribieron lo que para ellos era patrimonio. La Tirana, las salitreras, el wantán, y lo que más me llamó la atención: "Jugar en la calle". Esta frase es reveladora. La queja de que los jóvenes pasan pegados a los juegos electrónicos, es porque no tienen otra alternativa.
Además los más vulnerables carecen de estas tecnologías, por lo que poseer una oferta para el ocio, se vuelve más estratégica. La alianza entre clubes deportivos, junta de vecinos y en este caso de la Universidad Arturo Prat es vital para mejorar la calidad de vida de los barrios populares de la ciudad. A las 14 horas finalizó el Día del Patrimonio. A lo menos en términos oficiales. A las 18 entre el Veterano del 79 y la Secretaría de Educación, ex escuela 3, el baile de Damián Mercado, al mando de doña Vicenta Dávila, ensayaba sus mudanzas.
"Los barrios están ansiosos por recuperar el espacio público. Llenarlo de fiesta, de música, de colores y de historia".
Bernardo Guerrero Jiménez, sociólogo Unap.