¿Restricción vehicular en Iquique?
Ya no es posible seguir ignorando el nivel de congestión vehicular que se observa en varias avenidas y en diferentes horarios en nuestro Iquique. El nivel de tráfico está resultando un factor de molestia colectiva para todos. Para los que se desplazan en colectivos, en taxis, en buses o en vehículos particulares. Todos pagamos el costo de un sistema de gestión de tránsito ineficiente.
Debido al evidente problema, he tenido la ocasión de escuchar múltiples propuestas de solución, algunas sensatas y otras que rayan en lo irracional. Sensatas como la tarificación vial (pagar por usar las calles más congestionadas), imponer una restricción vehicular, implementar un tren urbano, ordenar un sistema de transporte público eficiente o construir vías a desnivel. Lamentablemente, también hay propuestas desde la incomprensión del problema, tales como eliminar los semáforos o suspender las labores de carabineros de tránsito.
En mis primeros años como profesional de la ingeniería civil, me especialicé en sistemas de transporte, por lo que tuve la oportunidad de participar en Santiago, en la década del 90, en una discusión similar cuando el problema alcanzó dimensiones proporcionales en la capital. La solución no es sencilla.
Lamentablemente, es difícil en pocas líneas abordar el problema en su real dimensión, pero quisiera presentar algunas ideas con el fin de motivar un debate que nos lleve a adoptar medidas de corto y largo plazo que permitan enfrentar y disminuir el problema.
Es sabido que en países con limitación de recursos como el nuestro, no resulta la mejor solución solo construir más infraestructura, ya que además de ser costoso, motiva el mayor uso del automóvil. Las acciones paliativas inmediatas tienen relación con medidas de gestión del sistema de transporte, entre las que debe evaluarse: la definición de un sistema de vías reversibles según horario; implementación de un sistema de paradas fijas para el transporte colectivo; ordenamiento de los estacionamiento en calles congestionadas; apoyo para el aumento de buses públicos y la revisión de un sistema de restricción vehicular.
Invito a los usuarios y a los organismos técnicos a hacerse cargo de este problema que requiere urgente atención en nuestra ciudad.
"He tenido la ocasión de escuchar múltiples propuestas de solución, algunas sensatas y otras que rayan en lo irracional".
Juan Carlos Carreño,, rector U. Santo Tomás