Kenita Larraín: Me comí la placenta e hicimos un ritual
La modelo contó detalles del nacimiento de su primera hija y cómo ha sido el proceso de convertirse en mamá.
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Kenita contó que estaba viendo en los matinales toda la polémica que causó la declaración de la actriz Josefina Montané, por haber revelado con total naturalidad que se había comido la placenta, tras su segundo parto.
"Para muchos suena chocante, como casi de caníbal, pero resulta que yo hice lo mismo. Nosotros (junto a su marido) hicimos un ritual donde se enterró la placenta, para devolverla a la tierra y además le dimos las gracias porque nutrió a mi guagüita. Piensa que la placenta es su primera casa, su primer nido entonces…en las clínicas las botan (las placentas). Yo también la pedí de vuelta (como Josefina Montané), también me hice unos batidos, me hice unas cápsulas y eso ayuda a recuperarte. Es cierto lo que ella dice: Todos los mamíferos se comen su placenta", aseguró la modelo al programa radial "Bebé al día" que conducen los periodistas Mechita Moreno y Paola de la Torre.
"En general la gente encuentra menos extraño matar un animal y comerse las guatitas, la lengua, etcétera…pero que comerse la placenta lo encuentran antinatural. Yo encuentro que es todo lo contrario, ya que se recuperan muchos nutrientes, es lo más lógico. Pero nosotros con nuestra cultura donde nos han enseñado otras cosas, pareciera tan ilógico hacer esto tan natural en todas las especies", comentó.
Primeros días de mamá
Larraín también aprovechó de contar cómo han sido estos primeros días como madre.
"Cuando uno es mamá de una guagüita de pocos días la verdad es que uno no tiene día y noche. Mi bebé duerme casi todo el día y luego en la noche está despierta. Pero yo la miro cuando le doy pecho y me enamoro cada minuto más de ella (Sophia). Despertar cada 3 ó 4 horas a darle papa para mí no es tan terrible. Lo más complicado y angustiante durante los primeros días para mí es cuando despierta en la noche y llora desesperada y uno no sabe por qué. Empiezo a descartar: Veo si necesita muda o tiene hambre, por ejemplo. Pero hay todo un tema de adaptación y conocimiento entre uno y su hija", detalló.
- ¿Es cooperador tu marido?
- Mi marido se siente como rey, porque es el macho de la casa. Me saqué un siete con él porque es súper colaborador. Yo siempre he admirado a las madres solteras. No tengo dudas que las mujeres somos súper fuertes. Muchas se las pueden solas con la crianza de sus hijos, pero la verdad es que ahora las admiro más (a las madres solteras). Nosotros, entre los dos, estamos muchas veces ayudándonos, pero igual hay momentos en que se hace pesado porque se duerme poco y cambia bastante la rutina que tenías hecha antes de que llegara mi hija a nuestras vidas…pero es maravilloso, no tengo palabras para describirlo.
- ¿Programaste el momento de tu embarazo y luego el de tu parto?
- Primero que todo, les cuento que el nombre que uno elige -en nuestro caso fue Sophia- transmite energía, mandatos, incluso muchas veces se repiten destinos cuando uno repite los mismos nombres de la familia, en honor a los abuelos, papás, de quien sea. Yo en ese sentido si podía tener alguna participación y definir algunas cosas, pero sobre el día de su nacimiento, yo sabía que eso lo iba a elegir sólo Dios. Uno propone y Dios dispone. A mí me habían dado fecha para el 10 de abril y finalmente en semana santa rompí bolsa y llegué de urgencia a la clínica, así que en mí caso era imposible cualquier programación.
- ¿Por qué elegiste el nombre Sophia?
- Es un nombre que a mí siempre me gustó. Le dije a mi marido cuando supimos que sería niñita, si le gustaba y le encantó. Sophia significa sabiduría. Además me fijé que no hubiera nadie en mi familia y en la de mi marido con ese nombre, porque sino uno igual pone ciertos decretos en el destino de las generaciones que vienen. Por más que nosotros en nuestra cultura consideramos que poner el nombre de un familiar es honrarlo igual hay que tener cuidado.