Año Nuevo o Janus
Muchas de las tradiciones de occidente, vienen de la antigua Roma, dado que los conquistadores españoles y europeos, resumían tradiciones de siglos, a saber son las estructuras mentales colectivas las que constituyen tiempos de larga duración en la humanidad (F. Braudel: 1947).
En el norte de Chile, Iquique y Alto Hospicio, se mezclan tradiciones que sintetizan la tradición andina, cristiana -romana, orientales, etc y estas se enmarcan en una fiesta que permite lo no permitido, por tanto, la fiesta es la transgresión del orden, tal como era en Roma.
Los romanos tenían las fiestas de las Saturnalias y se relacionaban con el solsticio de invierno. En esta el orden romano vertical se transgredía con bromas y burlas, incluso los esclavos se reían de sus amos, por lo cual, aquella tradición de la inversión continúa hasta hoy en el Año Nuevo.
Un ejercicio simple es preguntarse ¿por qué las máscaras en Año Nuevo? Y la respuesta es que las máscaras no son de hoy, sino de la época medieval , simbolizan el anonimato y la transgresión. Detrás de la máscara se pueden asumir otras conductas, no es extraño que Hollywood ponga máscaras a sus asesinos en serie, ni que los súper héroes también las usen.
La proliferación de la máscara legitima la transgresión y la perversión, ella permite lo prohibido y el Año Nuevo desata a los sujetos. El calendario actual es de base Juliano, viene de César y el dios Jano, era de dos caras o tiempos pasado y futuro, basta recordar que en el Año Nuevo se habla del año que se fue y del que viene y el oráculo es de cada hogar, cada uno teje su tiempo, una clara alusión al triunfo del Humanismo, los cristianos confían a Dios el futuro. Hoy muchos deciden por sí solos, conquista de la humanidad en el siglo XV. Cada casa celebra a su forma. "La casa es chica, pero el corazón es grande", se dice que es una frase del emperador Claudio. Así, el tiempo del año nuevo se recibe con fuego en Iquique y en Alto Hospicio, como ofrenda de fuego que purifica el mal que se espera se lo lleve el año viejo, ese fuego reemplazaba al reloj y decidía el abrazo de esperanza en el tiempo mejor; antaño de fogatas de salitre, se pasó al caucho, símbolo de la modernidad y del paso del tren salitrero al camión de la Zofri.
La fiesta es la transgresión del orden, tal como lo era Roma".