Deterioro de la imagen presidencial
E l mismo lunes en que fue concretado el cónclave de la Nueva Mayoría, la fuerza política oficialista, fueron conocidos los resultados de la encuesta Adimark, la que mostró un preocupante rechazo a la figura de la primera autoridad del país.
La Presidenta Michelle Bachelet sumó un 70% de rechazo, una cifra histórica y mala para ella y para Chile. El respaldo a la Jefa de Estado llegó al 26%, igualando el peor registro de Sebastián Piñera a inicios de 2012.
Versiones para explicar lo ocurrido hay muchas y pasan por los problemas que ha tenido el gobierno para comunicar e implementar las reformas, las dificultades económicas de hoy, hasta asuntos más complejos, como el caso Caval, donde se involucra a Sebastián Dávalos, hijo de la Mandataria.
A lo anterior se suma el contexto de una clase política en desprestigio y casi en el ostracismo de la desconfianza, sumando a izquierdas y derechas.
En resumen, es un mal cóctel, que podría explicar en gran parte lo acontecido.
Sin embargo esta crisis -y pueden haber distintas evaluaciones respecto a la magnitud- ofrece la oportunidad de observar nuestro presente y elegir un camino conjunto para salir del atolladero. Es cierto, no es sólo un tema de voluntad, se requieren grandes acuerdos, conectar con las sensibilidades de la gente y encontrarnos más en lo que nos une, que en aquello que nos diferencia.
No es motivo de este escrito discutir acerca de las bondades o perjuicios que tendrán las propuestas legislativas del gobierno. Lo verdaderamente inquietante es el extravío en el que hoy parece Chile. ¿Será aquello lo que castiga el ciudadano respecto de la figura presidencial?
Debe insistirse. Es malo que la Presidenta enfrente este escenario, tal como lo fue malo con el exPresidente Sebastián Piñera.
Fenómenos políticos de este tipo son indudablemente complejos para la institucionalidad, pero propios también de la modernidad, de una ciudadanía más difícil, empoderada, conectada y crítica hasta lo doloroso.
Y nada de eso ya es posible de revertir.