Caso Karadima y la fe
Creo que el escándalo Karadima no va a ensombrecer la imagen de nuestras monjas y sacerdotes, pues su labor y trabajo entre nosotros es demasiado conocida, en Educación nos han dado lo mejor de sí, con un exhaustivo trabajo y un constante desvelo por sacarnos adelante.
Son caritativos, generosos y soberanamente dulces con los más necesitados y a veces nos han dado un largo respiro a nuestras vidas y otras nos ha ayudado a retomar una nueva vida.
Las complejidades de su vida es propia de la depuración que ellos llevan pero son como todos ustedes en su proceder humano, para aliviar nuestras tristezas y como todos ustedes se sienten abatidos en sus dolores y nos han dado caridad, amor y esperanza; amar es un deseo amargo, es sembrar una semilla corriendo el riesgo de no ser correspondido, sin embargo, ellos nos han entregado ese sentimiento de fe y esperanza, entonces podemos decir que ellos son los depositarios de la fe, la gracia y el espíritu de nuestro Salvador.
La fe es un tema en el cual habla el alma y es el mismo en todos los reinos, en todas las tierras, en todo los lugares, es un sentimiento que se da con pasión como se refleja en nuestras monjas y sacerdotes y a veces esperando una pronta retribución a ese amor, la cual nunca llega, pues en nosotros siempre han encontrado la indiferencia.
El caso Karadima es solo un caso, que ahora fue llevado al cine, para darle más escándalo a esta situación, pero eso y algunas situaciones más no empañarán nuestras creencias ni nuestra fe.
Es una llama candente, insospechada creciendo consigo misma y cada día es más radiante, más grande en todos los colores y tonalidades de una llama.
Es así, entonces, que seguiremos al lado de nuestras monjas y sacerdotes hasta que los días terminen.
Ricardo Mancilla Nuñez.