En deuda con una leyenda
Setenta y cinco años se cumplieron ayer de la mítica pelea por el título mundial de boxeo entre Arturo Godoy y el estadounidense Joe Louis. El combate es parte de la historia deportiva chilena y en especial de Iquique.
El ex pescador nacido en Caleta Buena y que tuvo sus primeros éxitos en el pugilismo en Iquique demostró al mundo, en 1940, su fortaleza para enfrentar al campeón y perder el duelo por puntos. Se convirtió en un campeón sin cinturón, pero su leyenda vive hasta hoy como uno de los grandes del deporte nacional.
Godoy fue figura en una época donde no había marketing deportivo. Se codeó con la elite del boxeo mundial, con figuras como el campeón Jack Demsey, con quien entrenó. También fue admirado por el ex Presidente Pedro Aguirre Cerda, así como por una generación de cronistas deportivos de los años 30 y 40.
En Iquique era admirado por su gallardía y elegancia. En los años 80 cuando se radicó en la ciudad era visitado por artistas, deportistas y autoridades.
Godoy fue una figura que trascendió a su época e incluso apareció en películas hollywoodenses, eso además se ser citado en obras literarias.
El "Guapo de Caleta Buena", como era conocido, disputó dos veces la corona mundial al "Bombardero de Detroit", pero su hazaña mayor fue soportar la totalidad de asaltos el 9 de febrero de 1940 en el Madison Square Garden de Nueva York, donde utilizó la técnica de permanecer agachado, evitando los golpes demoledores de Louis, que ganó la mayoría de sus duelos por knock out.
El legado del deportista es recordado como una hazaña, pero el tiempo parece olvidar su importancia, sobre todo cuando el boxeo a nivel nacional pasa por una prolongada crisis.
No obstante, en Iquique esta disciplina sigue siendo practicada y difundida, pero no ha surgido una figura de las proporciones de Godoy o de Estanislao Loayza.
Iquique sigue teniendo una deuda con el valiente y cosmopolita púgil, que nunca renegó de sus orígenes humildes.
No hay una plaza que lleve su nombre o una estatua que guarde su legado. Éste es el momento de reconocerlo y devolverle el sitial de honor que el mismo ganó para la "Tierra de Campeones".