La silenciosa labor de las religiosas en Tarapacá
Una silenciosa pero ardua labor es la cumplen las religiosas en las distintas comunas de la región de Tarapacá. Este trabajo, el cual no es remunerado, lo realizan 44 monjitas pertenecientes a 12 congregaciones, quienes se dedican a distintos servicios entre ellos la educación, el acompañamiento a migrantes, labor de misioneras en diversos pueblos de la provincia de El Tamarugal, entre otras tareas.
Las hermanas Miriam Lecaros y Rosalba Vera son las únicas pertenecientes a la congregación Hermanas de la Caridad que están en Iquique. Esta comunidad fue la primera en hacerse cargo del actual hogar de ancianos San Vicente de Paul, antes llamado Padre Machado.
Si bien ahora este asilo está a cargo de una agrupación civil, las hermanas no dejan su labor espiritual de lado, por ende están encargadas de la capilla del recinto.
'El año 1973 gracias a la ayuda de la comunidad iquiqueña se formó este hogar de ancianos y las Hermanas de la Caridad nos hicimos cargo. Lamentablemente el edificio se levantó en un terreno que no era nuestro (Conferencias de San Vicente), por lo que ya no lo tenemos a cargo. Ahora nosotros estamos encargadas de la parte espiritual y a contar del otro año dejamos el hogar y realizaremos trabajo con los niños migrantes', dijo Sor Rosalba, quien lleva 33 años de servicio religioso.
La congregación Hermanas del Buen Pastor está integrada en Iquique por 3 religiosas, quienes realizan trabajos con las mujeres, así lo indicó Sor Estela Vásquez, quien comentó que en nuestra ciudad tiene una casa de acogidas para mujeres migrantes que salieron de la cárcel.
'Acá les brindamos residencia y a la vez las capacitamos para que puedan reinsertarse nuevamente a la comunidad. Además les ayudamos para que se comuniquen con sus familias en el extranjero', dijo.
La hermana Estela cuenta con 38 años de vida consagrada, de los cuales la mayoría dedicó al servicio social.
En nuestra región están también la congregación Santa Ana, que trabaja en la comuna de Pica y las Hermanas Misionera Eucarísticas María Inmaculada en Pozo Almonte (son de México y trabajan con los migrantes). Además en Iquique están las congregaciones Hermanas Franciscanas Misioneras de María, Hermanas de María Auxiliadora, Hermanas Preciosa Sangre (trabajan con niños misioneros y los bailes religiosos) y Hermanas Canonesas de la Cruz. En tanto en la comuna de Alto Hospicio están las Hermanas Familia de Corde Jesu, Hermanas de la Presentación de la Virgen (trabajan por la dignidad de la mujer), Hermanas Lauristas de Colombia (dedicadas al trabajo con el Mundo Andino) y Hermanas de la Consolación (trabajo social en la pastoral de la Salud).
En todas las congregaciones del mundo el número de religiosas está disminuyendo, situación que las hermanas atribuyen al cambio cultural que está teniendo la sociedad.
Sor Miriam, quien lleva 30 años en la congregación Hermanas de la Caridad, comentó que en estos momentos el ingreso al servicio religioso se ve dificultado por varios factores, entre las familias y los prejuicios que existen por el servicio.
'Actualmente el mundo les abre varias puertas a las jovencitas, por ende les es más atractivo una vida de pasarlo bien y disfrutar de otra forma, pero el llamado al servicio de los demás y de Dios es diferente. Se nota mucho el desinterés por servir a Dios, debido a eso es que somos muy pocas las hermanas por congregación', dijo la hermana Miriam.
La religiosa agregó que pese a que actualmente existen pocas novicias, esto no quiere decir que se acabe el servicio de las religiosas.
'El Señor siempre va a llamar, va a demorar pero llamará. Él no dejará a los pobres solos. Sabemos que costará pero llegarán las novicias, pese a los obstáculos que quizás les pongan las familias o las amistades. Además existen muchos prejuicios con todo lo que pasó en la iglesia católica', dijo Sor Miriam.
Misma opinión tiene Sor Estela, quien precisó que 'ahora los niños son criados de forma distinta, incluso las niñitas de 11 años ya están pololeando y tienen relaciones. Es una vida totalmente diferente y a los papás se les escapan de las manos ya que todo el mundo trabaja', dijo.
La hermana cree que pese a este desinterés de las jóvenes el trabajo religioso no decaerá.
'Si bien van ingresando pocas al servicio religioso, las que ingresan son buenas. Además trabajamos con laicos para mantener la congregación. El trabajo de la iglesia nunca terminará y menos el de las religiosas', dijo.
Sor Estala finalmente comentó que en las Diócesis de Iquique hay mucho que hacer y si bien son pocas las hermanas tratan de realizar un buen trabajo.
El obispo Guillermo Vera valoró el trabajo que realizan las religiosas en la región y anunció que en octubre llegarán dos nuevas congregaciones, una de Guatemala y otra de Bolivia, de las cuales se espera una trabaje con pueblos del interior. J