Romel J. Puche
A una pena de 15 años de presidio efectivo fue sentenciado José Álvaro Pérez Calderón, acusado por su responsabilidad en el delito de violación a una menor de 6 años.
El hombre de nacionalidad boliviana, entre el segundo semestre de 2016 y hasta febrero de 2017, y en reiteradas ocasiones abusó de la menor, además registró parte de los ataques en su teléfono celular.
Pérez Calderón, igualmente quedó absuelto de las imputaciones efectuadas por el Ministerio Público, quien formalizó al sindicado por los delitos de abuso sexual agravado, además de producción y almacenamiento de material pornográfico infantil.
El Tribunal integrado por los jueces Felipe Ortíz de Zárate, Loreto Jara Peña y Carlos Contreras Velásquez, decretó sobre el individuo la inhabilitación absoluta perpetua para cargos de oficios públicos, derechos políticos e inhabilitación absoluta para profesiones titulares durante el plazo de la condena.
Asimismo, el juzgado decretó la inhabilitación absoluta perpetua de empleos, cargos, oficios o profesiones que involucren una relación directa con menores de edad.
Pérez Calderón deberá efectuar, además, el pago mensual de una Unidad Tributaria Mensual, por ser el responsable de la falta penal de ofensa al pudor, en evento ocurrido en jurisdicción del Tribunal el 1 de marzo de 2017, en perjuicio de otra menor.
Detención
El imputado fue detenido por funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) el pasado 1 de marzo de 2017, mientras se encontraba en el terminal agropecuario de la comuna de Alto Hospicio.
En este escenario, el hombre con su teléfono celular se acercó a una menor de edad, procediendo a grabarla.
En medio de su acción, Pérez Calderón fue sorprendido y detenido por una persona, quien posteriormente lo entregó ante los funcionarios policiales.
En el cuartel de la PDI de Alto Hospicio, el detenido autorizó la revisión de su teléfono, encontrándose en la memoria del mismo diversos videos.
En las grabaciones aparecen una gran cantidad de mujeres no identificadas, caminando en sus actividades cotidianas, siendo captadas por el sindicado haciendo tomas debajo de sus vestidos.
A la vez se hallaron registros audiovisuales de los abusos que cometió contra la víctima menor, perpetrados al interior de una habitación arrendada por el condenado, en la casa de la niña.