Desde Iquique hasta Europa, Rodrigo Cáceres pudo vivir de la música
Lleva cuatro meses en Chipre, pero en su travesía con el bajo ha llegado a conocer España y Asia.
Una infancia divertida, con mucha playa, salidas en bicicleta, pichangas de barrio y recortes de chumbeque. Es así como Rodrigo Cáceres (37) recuerda su primera etapa de vida en su ciudad natal, Iquique.
Desde Limasol (Chipre) conversó con La Estrella sobre su vasta trayectoria en la música, una pasión por el lenguaje universal que lo llevó a tomar sus maletas en 2005 y recorrer el mundo ganándose la vida tocando el bajo.
Siempre estuvo rodeado de acordes y notas musicales, sus tres hermanos (Enrique, Ronald e Iván) tocaban guitarra y cantaban, pero fue a los 16 años que luego de una delicada operación y meses de recuperación, tomó por primera vez una guitarra que en ese entonces estaba en su casa. "Empecé a practicar, sacar canciones de Nirvana, no había Youtube ni nada de eso, así es que aprendí todo de oído", contó Cáceres.
Luego de un año le comenzó a interesar el sonido del bajo, y su padre fue quien le regaló el instrumento. "Con él empecé a ensayar con una banda de covers de Nirvana llamada Lesbos, fue después de la primera actuación que tuvimos que me dije: 'Tengo que ser músico sí o sí'", afirmó.
Iquique
"En mi Iquique querido lamentablemente tuve muy pocas o ninguna opción de estudiar música, cosa que siempre he deseado haber hecho", sostuvo el artista. Sin embargo, su gran escuela fue la gente que conoció a través del tiempo, además de las líneas de bajo, composiciones que iba sacando de cassettes y de videos en VHS. Desde allí se fue perfeccionando más en su instrumento.
Dentro de la limitada escena local que había por esos años, Cáceres siempre pudo tocar, pasó por grupos de rock, thrash y punk, donde asistía a tocatas autogestionadas sin remuneración. Ya a los 20 años comenzó a trabajar en grupos de cumbia como Genimans y Elixir, con los cuales se presentó en el Carnaval de Iquique, eventos masivos y televisión local.
Formó parte de La Cabeza Triunfante, una de las primeras bandas de reggae que se desarrolló en Iquique, además de su primer proyecto personal llamado Fankaudaz, el cual realizó en conjunto con músicos de la región y fueron los primeros en fusionar el género del rock, funk, hip hop y pinceladas de jazz.
A pesar de que comenzó a ser cada vez más conocido y cotizado en el ambiente musical de Iquique, aún no podía vivir sólo de la música, por lo que la construcción fue el medio que tuvo para poder tener más ingresos.
Europa
"Quería vivir de la música y en Iquique no era posible, ya tenía 25 años entonces cuando José, un gran amigo de la infancia que estaba en Granada (España), me dijo que fuera, sin pensarlo junté el dinero y me fui en busca de mi destino", expresó el bajista.
Diez años fueron los que estuvo Rodrigo en España. Allí conoció a más artistas y creó un grupo de bossa nova denominado "Omana". Con el paso del tiempo y con más contactos incursionó en la música flamenca fusionada con reggae, funk y latin jazz. Gracias a esto pudo recorrer casi todo España tocando en diferentes escenarios masivos del país europeo, conociendo artistas de la talla de Maui y los Sirenidos, El puchero del hortelano, Diego Guerrero, Chano Domínguez, Dan Ben Lior, entre otros.
Bitácora
En medio de tantos conciertos y festivales conoció a su esposa Sofía, quien en 2012 lo acompañó en la travesía de volver a Chile y también visitar su ciudad. Instancia en la cual conoció a una bailarina de flamenco que también le presentó a un guitarrista español. "Junto a ellos y dos personas más hicimos el primer grupo de flamenco fusión de Iquique llamado Treschoyunco. Nos presentamos en diversos escenarios locales y también en el Primer Festival de Flamenco de Iquique", añadió.
Sofía es de Grecia, así es que decidieron llegar hasta el país griego donde estuvieron medio año. Allí tuvo la oportunidad de participar en Anogia Festival y en la gala flamenca de la Escuela Solea en el Teatro Akropol, uno de los más importantes de Atenas. Ese mismo año volvió a Granada y allí trabajó en una orquesta y agrupaciones que le permitieron viajar por el territorio vasco.
En 2015 llegó hasta el país asiático Sri Lanka, "donde tuve la oportunidad de tocar con el grupo de ethnic jazz Naadro", para luego retornar a España.
Hace cuatro meses que decidió moverse hasta Limasol (Chipre), una ciudad que dice recordarle mucho Iquique y no descarta la opción de volver a sus raíces.
"Luego de mi primera presentación con una banda de covers de Nirvana dije: 'Tengo que ser músico sí o sí'".
Rodrigo Cáceres,, bajista."