Dominicanos relatan la mortal estafa que los trajo a Tarapacá
Pasos por varios países, abusos, frío y miedo constante fueron parte de una travesía que en veinte días les permitió llegar desde la paradisiaca isla centroamericana hacia el desierto del norte de nuestro país.
Durante los últimos cinco años el ingreso de dominicanos a Chile ha aumentado considerablemente, especialmente en Tarapacá. Pero su presencia en la región, tuvo origen en la posibilidad de lograr una mejor calidad de vida, siemdo al final todo parte de una estafa sustentada en una red de ilegalidad, mentiras, sobornos y estafas.
Así lo relatan un grupo de dominicanos que ya residen en Iquique a lo menos desde hace dos años, quienes se han unido para luchar y terminar con esta historia que ha cobrado la vida de dos mujeres que salieron de República Dominicana con la ilusión de una mejor vida, encontrando la muerte en pleno desierto, a más de 4 mil metros de altura y con temperaturas bajo cero.
Cristina Mercedes, vocera local de los dominicanos relató parte de la travesía de 20 días que para siempre marcó al grupo.
-¿Qué los hace venir a Chile?
-La situación en República Dominicana no está muy buena, por lo que todos quienes hoy estamos acá en Iquique venimos buscando una mejor oportunidad de vida. Para eso muchos hemos dejado a nuestras familias allá, con la esperanza de volver a buscarlos y así seguir juntos esta aventura que finalmente no es como nos dijeron que sería.
-¿Quiénes y qué les dicen que sucederá en Chile?
-A mí me contactó una amiga quien me contó de esta oportunidad de trabajo en Chile. Se supone que nosotros llegábamos acá de forma legal, con nuestros papeles en regla y con un trabajo estable, además de tener un lugar donde vivir los primeros meses. Mi amiga igualmente fue engañada, existe un grupo de personas que se encargan de venderte esta ilusión y es así tal cual te la venden, ya que deben pagar para que ellos supuestamente te hagan toda la documentación legal, lo que además conlleva el pago de pasajes desde mi país (República Dominicana) a Iquique.
-¿Qué tuviste que hacer para que seguir esta ilusión de una mejor vida?
-Mi familia estaba en contra, pero aun así yo quise venir. Para eso hipotequé mi casa, la que había adquirido hace poco tiempo. Esto tuve que hacerlo ya que me solicitaban dos mil dólares, con la finalidad de tener todo legal y así llegar a este sueño que finalmente no es lo que nos dijeron que sería.
Si hubiera sabido que esto sería así y de la travesía que debimos pasar para llegar acá, nunca lo hubiera hecho. La situación en mi país está mala, pero me hubiera quedado sufriendo allá con mi familia y no acá sin ellos.
-¿Qué pasó luego que hipotecaste tu casa?
-Con los dos mil dólares tuve que comprar mis pasajes en una agencia que ellos, los que ahora conozco como coyotes, me indicaron. Esto significaba un vuelo desde mi país a Ecuador, nunca sospeché nada y solo viajamos dos personas. Cuando llegamos a Ecuador tuvimos que buscarnos un lugar para alojar, pese a que nos prometían que todo estaría listo. Ahí también habían coyotes, quienes nos quitaron dinero para alojarnos… ellos nos estafaron ya que nos amenazaron que si no les dábamos dinero nos deportaban, pero ya estamos en otro país y debíamos seguir. Pasamos varias noches en ese país y se nos unieron otros extranjeros; la situación se volvía peligrosa, muchas compañeras sufrieron abusos ya que no llevaban más dinero y ellos pedían algo a cambio para alojarlas. Ahí recién me di cuenta en lo que nos habíamos metido, menos mal que yo llevaba dinero extra.
-¿Cómo fue esa travesía cuando ya empezaste a sospechar?
-Tuvimos que hacer como que nada pasaba, finalmente nos embarcamos en un bus y nos dirigimos a Perú. En el camino detuvieron el bus y ahí nos hicieron bajar solo a las dominicanas.
Primero bajó Seferina y luego yo y otra compañera. Cuando logramos verla a ella, nos percatamos que estaba blanca y le consultamos por qué… a lo que nos dicen que los policías peruanos le estaban solicitando dinero a cambio de dejarla seguir el viaje, sino nos dijeron que nos deportaban o nos metían presas.
Fue tanta la presión psicológica y el miedo que nos metieron, ya que también supimos que habían abusado de otras extranjeras para dejarlas pasar, que tuvimos que entregar todo lo que teníamos en dinero.
-¿Dónde se dirigieron después?
-Luego seguimos a Tumbes (frontera Ecuador - Perú, donde nos encerraron en una habitación toda cochina, ahí llegó un hombre y nos dijo que a él no le habían pagado para que nos alojara por lo que debíamos pasarle dinero o nos metía presas. Nos pusimos nerviosas ya que en otra habitación habían haitianos que estaban igual que nosotros.
Nos quitó 300 dólares a cada uno, menos mal que antes de llegar a la frontera logramos conseguir dinero con nuestra familias quienes nos transfirieron. Se supone que ese dinero era para que nos llevaran a Lima, pero nunca más volvió, nos estafó. Esta travesía no se la doy a nadie, pensábamos que nos iban a matar. Debemos confiar ciegamente en quien nos guía ya que no estamos en nuestro país, por eso ellos se aprovechan. Hay compañeras que les quitaron hasta mil dólares.
-¿Pensaste volver a tu país?
-Si lo pensé, pero no podía hacer nada. Debía seguir, pero nunca imaginé que lo que venía sería peor a lo ya vivido. El recorrido siguió hasta Desaguadero, en la frontera con Bolivia, donde tuvimos que embarcarnos en unos botes en la noche, para que no nos vieran. Muchas caían al agua, en plena madrugada y luego debían seguir el camino todas mojadas. Nos trataban como animales y nos seguían quitando dinero. Además la ropa que traíamos no era la adecuada para el clima que hay ahí, a algunos que llevaban mucha ropa le decían que la dejaran ya que así el viaje sería más rápido porque no había espacio.
Cuando ya estábamos en Bolivia, seguían las estafas y muchos de los extranjeros ya no querían seguir pero tenían miedo ya que quienes nos guiaban eran malos, nos golpeaban y gritaban. Menos mal que había hombres dominicanos en los grupos y ellos nos protegían de estos abusadores. Muchas veces pensé que moriría, pero pensaba en mis hijas y seguía adelante.
-¿Cómo ingresaste a Chile?
-En Bolivia fue todo una travesía, ya habían pasado casi dos semanas desde que salí de mi casa y aún no llegaba a destino. Nos llevaron en bus hasta Colchane y ahí nos dejaron en un sendero cercano al paso fronterizo habilitado. Si bien todos los pasos por los países habían sido más menos legal, ya que pasábamos por los pasos fronterizos previo pago a los policías y funcionarios, en Chile fue distinto ya que nos dejaron solo en la frontera solo con la indicación de caminar por este sendero hasta llegar a la carretera donde nos esperaría un hombre con un bus quien nos llevaría a Iquique. Nos pusimos toda la ropa que llevábamos, yo me tuve que poner los tres pantalones que llevaba y todas las chaquetas que tenía y aun así seguía sintiendo frío.
-¿Cómo se guiaron en la noche y en pleno desierto altiplánico?
-Fue horrible, teníamos las manos congeladas, nuestros pies apenas se movían ya que los teníamos adormecidos por el frío. Además no nos habíamos alimentado bien, no llevábamos agua, fue horrible esa travesía ya que se supone eran como 20 minutos de camino a pie pero realmente fueron como cinco horas. Muchos cayeron en el camino y debimos darles aliento para seguir. En mi grupo no pasó nada, pero en estos caminos clandestinos fue que murieron las dos dominicanas que encontraron hace casi tres meses y hace menos de un mes. Su muerte debió ser trágica, una murió de un paro cardiaco y la otra de frío. Sus compañeros debieron dejarlas botadas para seguir su camino, sino ellos también morirían.
Finalmente llegamos donde nos esperaban y ahí luego seguimos a Iquique, lugar donde no encontramos lo que nos habían prometido. Nosotros somos víctimas de una estafa que nos puede llevar a la muerte; no venimos a robar ni somos delincuentes, sino que fuimos engañados y acá hemos tenido que buscar trabajos donde nos pagan poco para poder sobrevivir.
-¿Cuántos dominicanos están ilegal en Iquique?
-Hicimos un tipo censo y llevamos registrados cerca de 200 dominicanos que ingresaron de igual forma. Hemos creado una agrupación para ayudarnos ya que muchos llevan casi 5 años en Iquique, donde aún no era frecuente este tipo de estafa, pero en los últimos dos años esto se hizo más frecuente.
-¿Qué hacen los dominicanos en Iquique?
-Somos gente trabajadora, muchos están en la construcción, otros son empleadas domésticas, otros comerciantes, no te voy a negar que muchas dominicanas se han visto en la necesidad de buscar otro tipo de trabajo más fácil pero son las mínimas.
Con nuestra agrupación estamos comenzando a hacer gestiones para que podamos obtener la legalidad en Chile, pero nos ha costado ya que nuestra Embajada nos ha abandonado. Para ellos no existimos y estamos solos. Lo mismo pasa con los cuerpos de las compañeras fallecidas, aún están en la morgue ya que no la embajada no ha hecho los trámites para repatriarlas. Nosotros quisimos hacerlo, pero no nos entregan los cuerpos por no ser familiares directos y además es un trámite muy caro.
-¿Estas dispuesta a colaborar con las policías para detener esta red de tráfico de personas?
-Todos los que integramos la organización estamos dispuestos a colaborar con nuestros testimonios, ya que somos víctimas y no culpables. No queremos que esto siga, que nos vendan ilusiones, que nos prometan una mentira, no queremos que sigan muriendo dominicanos. Nosotros queremos colaborar en todo.
-¿Qué llamado les haces a los dominicanos?
-Decirles que a los dominicanos que están en Iquique que les cuenten a su familia lo que sucedió y el cómo llegaron pasando penurias a Chile, para que así quienes pensaban venir en esta aventura de mejor vida no lo hagan.
"Muchas compañeras sufrieron abusos ya que no llevaban más dinero"
"Teníamos las manos congeladas, nuestros pies apenas se movían"