Cuando Ángelo Henríquez fue contratado el 2012 por el Manchester United un entusiasta diario de Inglaterra tituló: 'Es el Van Nistelrooy de Chile'. Luego, tras ser parte de varios equipos en 730 días, Henríquez, nuestra talentosa esperanza de gol, se aproxima sin querer a ser el nuevo Pinilla.
Las estadísticas marcan una ruta estresante: Pinilla, 30 años, acaba de firmar por el Genoa de Italia. Es su club número doce. Henríquez, 20 años, acaba de llegar a préstamo al Dínamo Zagreb. Es su club número cinco. Si nos guiamos por las matemáticas, Henríquez, de continuar apostando por la variedad, a los 30 años podría acumular quince camisetas.
'Pero no se parecen', opina un representante de futbolistas que exige el anonimato, 'Henríquez es un cabro fantástico que usa la noche para dormir y el otro la utilizó para vivir'. Da un ejemplo: Pinilla, recuerda, en una oportunidad estaba desesperado y optó por renacer en el Apollon Limassol de Chipre. Jugó tres partidos impresionantes. Al cuarto apareció con ojeras. El manager maneja datos: 'Supe que no durmió en una semana. ¡En Chipre, huevón, en Chipre! ¡Ese gallo era capaz de descubrir el carrete hasta en el Sahara!'. Henríquez, éticamente, es lo opuesto. Pero los une el currímulum.
César Henríquez, el hermano del delantero, mantiene la fe: 'Tiene que tener paciencia. Puede explotar en el momento más impensado'. César relata que hace un mes Ángelo Henríquez conversó a solas con Louis Van Gaal, el entrenador del Manchester United. El técnico se le acercó desconcertado: 'No lo conozco', le dijo. Henríquez guardó silencio. 'Lo voy a conocer y decidiré su futuro'. Van Gaal estudió sus movimientos y aprobó el préstamo.
El hermano, César, opina que Ángelo está en una búsqueda: pronto hallará el club perfecto y la gloria. Hoy vive la etapa de la experimentación y está probando distintas ligas.
-No los comparo. Cada cual es como es. Cada cual toma el camino que le parece mejor. J