l Daniella Oñate Rojas
Setenta y dos de las 305 internas que Gendarmería liberó para evacuar la cárcel tras el terremoto del "1A", siguen fugadas y la policía las busca intensamente.
Así lo dio a conocer el capitán Rodrigo Morras, encargado de Prevención de Riesgos de la dirección regional de Gendarmería.
El profesional explicó que la noche del 01 de abril, luego del terremoto, los 19 funcionarios que trabajaban en el recinto, realizaron su máximo esfuerzo para mantener la situación controlada.
Morras relató que al recibir la orden de evacuar del lugar, optaron por privilegiar la vida de las internas, es por ello que en menos de dos minutos y medio, abrieron manualmente las 36 celdas del recinto penal y reunieron a todas las reclusas en el patio principal, a un costado del portón que se ubica en calle Barros Arana.
Posteriormente abrieron el portón y todos abandonaron el recinto a oscuras y con miedo. Es por ello que en el camino, muchas internas optaron por separarse del grupo, que se dirigía a calle 18 de septiembre, donde se ubica la cota 30 y por ende, punto de seguridad a esa altura de la costa.
De las 305, sólo 46 permanecieron en todo momento resguardadas al interior del círculo de gendarmes hasta llegar al punto de encuentro.
Hasta ayer por la mañana, 234 internas habían regresado o fueron recapturadas por la Policía de Investigaciones y Carabineros, que están a cargo de dicha labor.
Eso sí desde la institución resaltaron la actitud que tuvieron algunas internas, pues al día siguiente la catástrofe, 120 volvieron por iniciativa propia. Esto debido a que a varias les quedan pocos meses para terminar de cumplir su condena. Además todas las presidiarias están al tanto de lo que pierden si se fugan. Esto implica ayuda laboral, salidas dominicales, de fin de semana y la controlada a medio libre.
Un tema que el capitán Morras remarcó, fue que en ningún momento las internas se fugaron. "no podemos decir eso, si fuimos nosotros quienes abrimos las puertas y las evacuamos", argumentó, mientras dejó en claro que les dieron tiempo suficiente para volver, y desde el pasado 07, las que no regresaron son consideradas fugadas. J
l Producto del terremoto, tanto las internas de Iquique como los de Pozo Almonte, pasan sus días junto a los reos de la cárcel de máxima seguridad de Alto Hospicio.
Actualmente el recinto tiene una capacidad para 2.351 personas y hay 2.222 desde el gran sismo. Hombres y mujeres permanecerán ahí hasta que el nivel central estime necesario y mientras revisten los planteles que resultaron con algún daño estructural .
Tras el segundo sismo, el 02 de abril, el sistema electrógeno en la cárcel de Alto Hospicio, sufrió un problema y el suministro no regresó hasta el día siguiente.
Según el capitán Morras, esto provocó que la población penal se pusiera nerviosa e inquieta. Realizaron bloqueos y un gendarme disparó al piso y el balín de goma rebotó y le hirió el rostro. Aseguraron que lo atendieron de inmediato.